Un día me dice una amiga que había un gato en un hotel, que no podía estar en el lobby, aunque lo querían, le daban de comer, lo que les incomodaba, era que no dejaba de marcar y dejaba mal olor.
Así que lo traje a casa y lo tuve varios meses, se llevó a control veterinario y se programó la castración. Se recuperó en casa y nunca más se fue.
Él me robó el corazón, se montaba en mi pecho y ahí nos quedábamos dormidos, podíamos ver películas y él inmóvil sobre mi pecho. Siempre me miraba fijamente, con esos ojos grandes, cargados de luz.
Un día se enfermó y corrí al veterinario, pero hubo un mal diagnostico, perdimos tiempo, recuerdo que todo empezó un jueves y mi Sebas no podía orinar, tenía dolor.
El viernes, nuevamente corrí al veterinario y el sábado otra vez, pero mi bebé no lo resistió. Se despidió de mí el sábado y ya el domingo cruzó el arcoiris.
Estoy segura que nos volveremos a encontrar, él se llevó una parte de mi corazón.
Por esta experiencia, les recomiendo a todos que deben observar a sus mascotas y estar pendientes que hagan sus necesidades de forma normal, y si notan algo anormal, acudir al veterinario. Cuando los gatos se obstruyen y no pueden orinar hay que correr, pues sus riñones colapsan fácilmente y el final es la muerte.
La dieta de un gato debe ser mixta, pues las croquetas suelen traer mucha harina y químicos que no a todos les sienta bien. Los gatitos machos tienden a sufrir mucho de esto, por lo que les recomiendo que estén muy pendientes si manifiestan molestias al orinar o hacen muy poquito. Tengan cuidado!
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