Mundo Animal

Despedir a un compañero peludo lleva tiempo y aceptación

Sustituir de inmediato al animalito fallecido o rechazar cualquier idea de adopción, son errores comunes

El vínculo es ese hilo invisible que se forja diariamente entre un ser humano y su animal de compañía. Con cada mimo, risa, pirueta y convivencia ese lazo va profundizándose, hasta que llega un momento en que ambos crean su propio lenguaje.

Desde el primer momento en que se encuentran sucede esa energía única que despierta el afecto entre ambas partes. Es eso justamente lo que se rompe cuando se interpone la muerte de alguno de los dos. Por eso el duelo es un proceso necesario y hasta reparador.

«El duelo es un hecho que no se debe apresurar, ni se puede menospreciar, mucho menos cuando el que muere es un animal de compañía», propone la psicóloga Ovilia Suárez.

Este último comentario alude a esas personas que subestiman el dolor que pueda tener un allegado que recientemente despidió a su mejor amigo y que a manera de burla hace comentarios tipo; «guarda esas lagrimas para cuando yo me muera, era solo un perro», «yo mañana te compro otro, vas a llorar por eso».

La Psicologa en Desarrollo Humano, sugiere que este tipo de actitudes son una falta de empatía y respeto por el ser humano que está atravesando el duelo, por lo que no suman ningún tipo de ayuda, al contrario desvalorizan el sentimiento que esa persona tuvo hacia su animal.

Niguna mascota es igual por eso cada duelo es diferente

Otra de las actitudes muy comunes que familiares y cercanos le exigen a la personas que está en duelo es rapidez, «que cure rápido su dolor», total era un perro, gato, loro o ratón sustituible. Otro error en una serie de errores, asegura la experta. «Cada uno de nosotros tiene su tiempo, su ritmo, su forma de superar la tristeza y transformarla en consuelo y aceptación», explica.

«No hay dos duelos iguales porque no hay dos amores iguales». En ese sentido el duelo y su tiempo de duración dependerá mucho de la personalidad del que lo vive y del vínculo afectivo que compartió con el animal.

Ni sustituirlo, ni cerrarse a futuras adopciones

Aclara la especialista que pueden haber dos tipos de personas ante el duelo: Aquellas que a los tres días salen corriendo a buscar otro animalito para que «sustituya» el vacío que dejó su animal anterior, o aquellos que se cierran radicalmente a dar y recibir amor de otro animal, por miedo a la perdida y a volver a sufrir.

«Ninguna de estos extremos son sanos. Lo ideal es pasar por todos los procesos del duelo: negación, rabia, incertidumbre, depresión y aceptación. Es la manera más segura de volver a querer a una mascota», señala la experta.

Etapas del duelo según E. Kubler Ross

Esta misma actitud responsable hay que transmitirsela a los niños de la casa. Un perro, un gato, ni nigún otro animal de compañía es sustituible, su amor es único. Son seres especiales y no cosas remplazables. «Merecen su respeto y su tiempo de duelo», reflexiona la especialista.

Finalmente aconsejó a los que han perdido un animal de compañía recientemente expresar todo la tristeza; bien sea llorando, escribiendo, hablando, recordando lo bueno que dejó ese ser maravilloso. «Hay que agradecer cada momento vivido y honrarlo con amor y buenos recuerdos», concluyó.

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